¿De verdad tengo yo la culpa de lo que pasa en la relación?
Por Gaby Cormar.
Pues que te
digo…? En parte si y en parte no. Depende de qué estemos hablando, pero déjame
explicártelo.
Nadie tiene
la culpa de absolutamente todo lo que pasa en una relación. Y no es realmente
culpa, más bien estamos hablando de RESPONSABILIDAD. Y cuando más, la responsabilidad
es compartida. Esto aplica a cualquier
tipo de interacciones familiares (padres e hijos, hermanos, pareja, amigos,
etc…), porque cada cabeza es un mundo y no siempre las ideas, los valores o las
metas coinciden.
Aquí deben
de entrar otros mecanismos que nos
permitan negociar y llegar a acuerdos que satisfagan a todas las partes, desde
una perspectiva de igualdad y libertad de expresar lo que cada uno piensa, sin
censura. Debe existir en esto un sano equilibrio.
Pero qué
pasa si eso no sucede? Qué pasa si uno de los miembros comienza a reclamar el
control de lo que hacen los demás, de lo que dicen y a querer controlar todo
lo que sucede en la relación o en la familia? El equilibrio se rompe, y eso
termina por hacer infeliz o resentido a quien pasa a ser sometido(a).
En el caso
de la relación de pareja, esto es especialmente recurrente pues al principio
todo es maravilloso, pero cuando empieza a haber la seguridad de que el otro no
se va a ir o se profundiza el compromiso, quien busca el poder comenzará a
darle al otro una dosis diaria de descalificaciones y críticas, y lo que en un
principio era algo agradable, se va convirtiendo paulatinamente en un problema.
Por ejemplo,
si antes eras considerado (a) inteligente y tenías opiniones valiosas, de
pronto se te critica que tus comentarios son tontos o “si no tienes nada
inteligente que decir, mejor ni opines”.
Si antes te
vestías de cierta manera que a TI te gustaba, ahora te ves fatal y te exige que te cambies, bajo la amenaza de
no salir a la calle contigo. Puede incluso decir que lo (a) avergüenzas.
Comienza a
querer controlar en que gastas el dinero, aún si TU lo ganas y arma verdaderos
escándalos si gastas un centavo en algo en lo que tu quisiste comprar!!
Lo que antes
le agradaba de ti, ahora es criticado con el argumento de que “lo hago por tu
bien”, “Es crítica constructiva solamente, no te pongas sensible”, “ Que
intensa (o) eres!”, etc…
Los
comportamientos de crítica y agresividad aumentan poco a poco y se te
responsabiliza de las cosas que según el criterio del maltratador están mal, ya
sea por tus acciones o la falta de ellas. Su poder radica en hacerte creer que
tú tienes la culpa por no hacer la cosas “bien” (osea, a SU manera) y con eso se
quita de encima toda responsabilidad sobre el asunto.
Además (por
supuesto) no permite ni críticas ni reclamos de tu parte, manipula la situación
teniendo estados de ánimo cambiantes, te retira el afecto e incluso utiliza estallidos
de cólera desmedida que generan temor en la pareja y muchas veces, en todos los
miembros de la familia. Hasta aquí, la culpa la tiene el abusador, el que busca
el poder a toda costa.
Con el tiempo, estas conductas
destructivas acaban por agotarte
emocionalmente, a tal punto, que prefieres dejar de luchar y aceptar la
situación sin chistar para no provocar una nueva discusión.. Y lo peor de todo:
terminas por creer que efectivamente, tú tienes la culpa de todo!
Aquí entra
la parte que si puedes decir que es tu responsabilidad, es decir, la falta de
límites. En rendirte y asustarte con los aspavientos del manipulador, y mejor
someterte a sus abusos, en lugar de plantarte firme y no permitirle pasar de la
línea que tú le pongas.
Déjame
decirte algo.
Quien va a
terminar siendo una persona que maltrata, siempre va a tratar de sobrepasar las
líneas que tú le marques desde el principio, ver hasta donde lo vas a dejar
llegar. Si no pones límites claros y nunca, nunca pero NUNCA lo(a) dejas pasar
de ellos, te vas a ver en serios aprietos con el tiempo, porque más tarde, no
serás capaz de reconocer a la persona a quien con tanto amor te uniste, porque
ya no existirá más. Y entre más te sometas, más te despreciará. Recuerda que los
límites NO SON NEGOCIABLES, por eso se llaman LIMITES.
Si no puedes hacerlo tu solo(a), asesórate,
pide ayuda o acude a terapia.
Simplemente
no te mereces eso, así que evalúa si estás cayendo en éstas conductas y
rectifica. Luchar por tu felicidad siempre vale la pena!
Si te gustó
éste artículo o tienes alguna sugerencia, déjame un comentario abajo o
escríbeme a: garymarken99@gmail.com
Como puedes poner límites sin sentir temor? Temor a que se enoje, a que te deje, o a que el maltrato sea peor?
ResponderBorrarEs cierto, cómo evitar sentir temor? Es que el temor no se va a ir, es una respuesta instintiva y normal cuando sentimos que un peligro nos amenaza. Creo que tiene que ver con el auto conocimiento de hasta donde creemos que vamos a poder tolerar cualquier comportamiento del otro y por otra parte, con el manejo que podamos llegar a tener de nuestras emociones. Por eso comentaba en el artículo anterior que entre más control tengamos sobre ellas, menos permitiremos que pasen por sobre nuestra dignidad. No se hace de la noche a la mañana, pero eso es como los músculos. Se hacen fuertes con el entrenamiento, y lo mismo sucede con la voluntad.
BorrarTe felicito por tus artículos porque pueden orientar y ayudar a muchas personas que sufren ese maltrato y no tienen la posibilidad de recurrir a alguna ayuda
ResponderBorrarNadie está segura de cómo va a reaccionar ante el temor y generalmente te paraliza valdría la pena que abundes más sobre estrategias para manejar el temor te felicito nuevamente
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